Constituyen el molde que dará forma a la estructura, por lo cual sus dimensiones deberán ajustarse lo más exactamente posible a las indicaciones de los planos de obra.
Sus elementos deben ser suficientemente rígidos como para resistir, sin deformarse, el peso del hormigón húmedo, los operarios y el equipo, debiéndose tener en cuenta que el hormigón, además del peso propio, ejerce considerables presiones dirigidas en sentido lateral.
Los encofrados deben ser fáciles de desarmar para que, durante el desencofrado, el hormigón que se encuentra aún en el periodo inicial de endurecimiento no sufra daños.
Los encofrados de vigas y columnas se preparan previamente, levantando primero las columnas y luego colocando sobre ellas los de las vigas, que se apuntalan con tirantes. Estos parantes se apoyan en cuñas sobre tablones colocados en el suelo con lo cual se hace posible la nivelación del encofrado, y además se facilita la operación del desencofrado. Para asegurar los puntales en su posición e impedir desplazamientos, se clavan tablas en diagonal entre ellos.
Para mayor información quedo de ustedes vía telefónica o electrónica.
Arq. Francisco Blancas.